Vinte anos antes de levar a súa maxistral 1977 á competición de curtas do Festival de Sundance, a gran Peque Varela xa fixera o seu debut no mundo da imaxe protagonizando unha secuencia para un libro de texto de lingua galega editado por Xerais, CANLES 5. As fotos son de Inmaculada Reino e naquel libro, coma en tantos outros, andaba metido o mestre Agustín Fernández Paz.
luns, 29 de novembro de 2010
O verdadeiro debut de Peque Varela
Vinte anos antes de levar a súa maxistral 1977 á competición de curtas do Festival de Sundance, a gran Peque Varela xa fixera o seu debut no mundo da imaxe protagonizando unha secuencia para un libro de texto de lingua galega editado por Xerais, CANLES 5. As fotos son de Inmaculada Reino e naquel libro, coma en tantos outros, andaba metido o mestre Agustín Fernández Paz.
domingo, 28 de novembro de 2010
Vila do Conde en Xixón
Pedíronme para o diario do festival de Xixón un pequeno artigo sobre a sesión que lle dedicaron ao certame de Vila do Conde, formada por catro curtas portuguesas. O diario dese día poden descargalo neste enderezo. Aquí lles deixo o texto, en castelán:
Entre los países europeos, Portugal es el que cuenta con una cuota de mercado para la producción nacional más baja, menos de un 3%, lo que equivale aproximadamente a medio millón de entradas vendidas cada año. Pese a eso, o más bien gracias a eso, a la aceptación de que puesto que no hay mercado no es preciso someterse a sus reglas y por lo tanto es factible poner en marcha películas más interesadas por los resultados artísticos que por los comerciales, el cine portugués da muestras continuas de vitalidad y genera una inusual proporción de películas magníficas, tanto por parte de los grandes maestros aún en activo (no sólo Manoel de Oliveira, también João Botelho, Fernando Lopes o Paulo Rocha) como de aquellos cineastas que han comenzado su carrera en los noventa o ya en pleno siglo XXI, una lista a la que no cesan de sumarse nuevos nombres: Pedro Costa, João Pedro Rodrigues, Sandro Aguilar, Hugo Vieira da Silva, João Vladimiro, Gonçalo Tocha, João Trabulo, João Canijo, Pedro Caldas o Susana de Sousa Dias. Esta efervescencia creativa tiene un fiel reflejo en el circuito de festivales, en el que destacan tres citas de primer nivel: el Indielisboa, que por su línea de programación y espíritu se asemeja mucho a Gijón; el DocLisboa, ya una de las principales referencias europeas en el ámbito del documental; y Vila do Conde, punto de encuentro de los mejores cortometrajes que se hacen en el mundo.
En un marco industrial frágil en el que el número de largos que pueden salir adelante es necesariamente limitado, el corto acaba por ser un terreno natural para cualquier director. Antes de su éxito crítico en Cannes con Aquele querido mês de agosto, Miguel Gomes era autor de un puñado de pequeñas joyas como Entretanto, 31 o Inventário de Natal. En Cântico das Criaturas nos ofrece un acercamiento libre y algo gamberro a la figura de San Francisco de Asís en una mezcla de materiales muy diversos que incluye algo parecido al videoclip de un trovador contemporáneo, la recreación de un encuentro entre Santa Clara y un despistado San Francisco en un escenario deliberadamente teatral, con fondos de papel pintado, e imágenes de esa fauna por la que el santo experimentaba fraternal afecto. En el reparto, dos de sus colaboradores habituales, Mariana Ricardo y el también director João Nicolau, que pasó por la Quincena de Realizadores con dos cortos brillantes y excéntricos: un divertidísimo retrato generacional, Rapace, y Canção de amor e saúde, insólita historia de amor que toma como espacio principal una tienda de duplicado de llaves de un centro comercial.
El cuidado aspecto visual es la principal virtud de Corrente, un corto de Rodrigo Areias sin diálogos que apuesta por dotar a sus imágenes en blanco y negro de cierta crudeza y primitivismo, hecho reforzado por el uso de película en 16mm revelada a mano. Más poesía y pasión por la vida hay en Viagem a Cabo Verde, cuaderno de bitácora animado de José Miguel Ribeiro que resume en diecisiete prodigiosos minutos un viaje real de dos meses al país africano del título. Un relato de descubrimientos y fascinaciones que se resumen en tres reglas básicas nacidas de la experiencia: sacudir las botas antes de usarlas; si algo no funciona, hay que reiniciar, y no hacer planes para el día siguiente.
Entre los países europeos, Portugal es el que cuenta con una cuota de mercado para la producción nacional más baja, menos de un 3%, lo que equivale aproximadamente a medio millón de entradas vendidas cada año. Pese a eso, o más bien gracias a eso, a la aceptación de que puesto que no hay mercado no es preciso someterse a sus reglas y por lo tanto es factible poner en marcha películas más interesadas por los resultados artísticos que por los comerciales, el cine portugués da muestras continuas de vitalidad y genera una inusual proporción de películas magníficas, tanto por parte de los grandes maestros aún en activo (no sólo Manoel de Oliveira, también João Botelho, Fernando Lopes o Paulo Rocha) como de aquellos cineastas que han comenzado su carrera en los noventa o ya en pleno siglo XXI, una lista a la que no cesan de sumarse nuevos nombres: Pedro Costa, João Pedro Rodrigues, Sandro Aguilar, Hugo Vieira da Silva, João Vladimiro, Gonçalo Tocha, João Trabulo, João Canijo, Pedro Caldas o Susana de Sousa Dias. Esta efervescencia creativa tiene un fiel reflejo en el circuito de festivales, en el que destacan tres citas de primer nivel: el Indielisboa, que por su línea de programación y espíritu se asemeja mucho a Gijón; el DocLisboa, ya una de las principales referencias europeas en el ámbito del documental; y Vila do Conde, punto de encuentro de los mejores cortometrajes que se hacen en el mundo.
En un marco industrial frágil en el que el número de largos que pueden salir adelante es necesariamente limitado, el corto acaba por ser un terreno natural para cualquier director. Antes de su éxito crítico en Cannes con Aquele querido mês de agosto, Miguel Gomes era autor de un puñado de pequeñas joyas como Entretanto, 31 o Inventário de Natal. En Cântico das Criaturas nos ofrece un acercamiento libre y algo gamberro a la figura de San Francisco de Asís en una mezcla de materiales muy diversos que incluye algo parecido al videoclip de un trovador contemporáneo, la recreación de un encuentro entre Santa Clara y un despistado San Francisco en un escenario deliberadamente teatral, con fondos de papel pintado, e imágenes de esa fauna por la que el santo experimentaba fraternal afecto. En el reparto, dos de sus colaboradores habituales, Mariana Ricardo y el también director João Nicolau, que pasó por la Quincena de Realizadores con dos cortos brillantes y excéntricos: un divertidísimo retrato generacional, Rapace, y Canção de amor e saúde, insólita historia de amor que toma como espacio principal una tienda de duplicado de llaves de un centro comercial.
El cuidado aspecto visual es la principal virtud de Corrente, un corto de Rodrigo Areias sin diálogos que apuesta por dotar a sus imágenes en blanco y negro de cierta crudeza y primitivismo, hecho reforzado por el uso de película en 16mm revelada a mano. Más poesía y pasión por la vida hay en Viagem a Cabo Verde, cuaderno de bitácora animado de José Miguel Ribeiro que resume en diecisiete prodigiosos minutos un viaje real de dos meses al país africano del título. Un relato de descubrimientos y fascinaciones que se resumen en tres reglas básicas nacidas de la experiencia: sacudir las botas antes de usarlas; si algo no funciona, hay que reiniciar, y no hacer planes para el día siguiente.
sábado, 27 de novembro de 2010
Volver a Truffaut
Número 6 da nova etapa de Nosferatu, unha publicación auspiciada por Donostia Kultura que mudou o formato revista por libro centrándose ata agora en cineastas xa falecidos ou tendencias xenéricas da Historia do cine. Neste caso establécese un proveitoso esbozo de retrato, ensaio exploratorio en torno á figura do cineasta francés François Truffaut (1926-1984), figura histórica reverenciada pola cinefilia que, ao igual que Chaplin ou Fellini, sufriu unha sensible merma na estima dos analistas especializados nos últimos anos.
Coordinado por Carlos Losilla, o libro analiza en dúas partes a súa traxectoria, entendida como ponte da modernidade ou en expresión de Javier Rebollo, “un dos verdadeiros pais do cine moderno: o que soubo unir América con Europa, o que quere ligar o espectáculo co íntimo e popular, a crítica co home da rúa”. O exceso, a paixón absoluta, a obsesión pola infancia ou a ambigüidade ideolóxica amosan os fragmentos dun home excesivo, incansable defensor do cine como arte da prosa.
A primeira parte do libro nos achega ao Truffaut crítico, as pisadas de figuras influentes (Rossellini, Hitchcock, Godard) e do cine estadounidense, os vínculos coa literatura -adaptacións de Bradbury, Irish ou Henry James- e mesmo os nexos en forma de tributo por parte de Kobayashi ou Tsai Ming-liang. A segunda amosa as súas cuestións capitais: a infancia, o amor, o retrato feminino ou as súas pegadas noutros directores. Un repaso bibliográfico e a extraordinaria, clarividente relación epistolar –en Truffaut que era esencial a correspondencia– entre Carlos Losilla e o director Javier Rebollo confiren ao libro un halo de sentida reescritura, de imaxinativa mirada sobre o creador de Antoine Doinel.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 27 de novembro de 2010
Coordinado por Carlos Losilla, o libro analiza en dúas partes a súa traxectoria, entendida como ponte da modernidade ou en expresión de Javier Rebollo, “un dos verdadeiros pais do cine moderno: o que soubo unir América con Europa, o que quere ligar o espectáculo co íntimo e popular, a crítica co home da rúa”. O exceso, a paixón absoluta, a obsesión pola infancia ou a ambigüidade ideolóxica amosan os fragmentos dun home excesivo, incansable defensor do cine como arte da prosa.
A primeira parte do libro nos achega ao Truffaut crítico, as pisadas de figuras influentes (Rossellini, Hitchcock, Godard) e do cine estadounidense, os vínculos coa literatura -adaptacións de Bradbury, Irish ou Henry James- e mesmo os nexos en forma de tributo por parte de Kobayashi ou Tsai Ming-liang. A segunda amosa as súas cuestións capitais: a infancia, o amor, o retrato feminino ou as súas pegadas noutros directores. Un repaso bibliográfico e a extraordinaria, clarividente relación epistolar –en Truffaut que era esencial a correspondencia– entre Carlos Losilla e o director Javier Rebollo confiren ao libro un halo de sentida reescritura, de imaxinativa mirada sobre o creador de Antoine Doinel.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 27 de novembro de 2010
venres, 26 de novembro de 2010
Sandro Aguilar
Publicado en Xornal de Galicia o venres 26 de novembro de 2010.
sábado, 20 de novembro de 2010
Achádegos e innovacións
Figura pioneira na Historia do cine español (Teruel 1871-París, 1929), Segundo de Chomón é, xunto a Fructuoso Gelabert, a única figura que desenvolve unha produción de certa entidade durante os inicios do cinemátografo en España (destaquemos tamén, mesmo por proximidade, a presenza do francés do Lyon dos Lumière afincado en A Coruña José Sellier, autor todavía da primeira película datada da Historia do noso Cine, Entierro de Sánchez Bregua).
Gran coñecedor das técnicas, experto en trucaxes, profesionalizado toda a súa traxectoria, mesmo con recoñecementos e estadías prolongadas en Francia e Italia, colaborador de Pastrone en Cabiria (1914) e do Abel Gance de Napoleón (1926), de Chomón a Filmoteca de Catalunya conserva 105 títulos, dos que nada menos que unha selección de 31 constitúen este lanzamento de Cameo. O estimable libreto complementario escrito con notable erudición polo historiador Joan Minguet en edición trilingüe catalán-castelán-inglés resulta recomendable polo seu rigor, mesura e tino analítico. O traballo elabora unha axeitada división segundo a tipoloxía das pezas (Atraccións, Fantasmagoría, Cómico, Histórico-Documental), outorgándolle pulo a etapa fantástica -liña Méliès- na que desenvolve os seus principais empeños creativos.
A pesar do libro e o acompañamento musical a cargo de Joan Pineda, esta necesaria rehabilitación –produto dunha procura e esforzo en sintonía con outras cinematecas- da figura máxica e esplendorosa de Chomón, a edición carece doutro tipo de materiais que, dado o enorme descoñecemento sobre o período e as súas prácticas, consideramos imprescindible.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 20 de novembro de 2010
Gran coñecedor das técnicas, experto en trucaxes, profesionalizado toda a súa traxectoria, mesmo con recoñecementos e estadías prolongadas en Francia e Italia, colaborador de Pastrone en Cabiria (1914) e do Abel Gance de Napoleón (1926), de Chomón a Filmoteca de Catalunya conserva 105 títulos, dos que nada menos que unha selección de 31 constitúen este lanzamento de Cameo. O estimable libreto complementario escrito con notable erudición polo historiador Joan Minguet en edición trilingüe catalán-castelán-inglés resulta recomendable polo seu rigor, mesura e tino analítico. O traballo elabora unha axeitada división segundo a tipoloxía das pezas (Atraccións, Fantasmagoría, Cómico, Histórico-Documental), outorgándolle pulo a etapa fantástica -liña Méliès- na que desenvolve os seus principais empeños creativos.
A pesar do libro e o acompañamento musical a cargo de Joan Pineda, esta necesaria rehabilitación –produto dunha procura e esforzo en sintonía con outras cinematecas- da figura máxica e esplendorosa de Chomón, a edición carece doutro tipo de materiais que, dado o enorme descoñecemento sobre o período e as súas prácticas, consideramos imprescindible.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 20 de novembro de 2010
venres, 19 de novembro de 2010
48 Festival de Xixón
Hoxe comeza a edición número 48 do Festival de Xixón, noutrora centrado no cinema infantil e xuvenil (que segue a ocupar unha sección específica, Enfants Terribles), e agora convertido no principal punto de encontro dos cinéfilos do estado grazas aos seus sempre estimulantes contidos. A persoa que fixo grande o festival é o seu director dende hai quince anos, José Luis Cienfuegos, que suma á súa audacia e intuición como programador o carisma dunha rock star.
Á tripla presenza galega nas seccións principais que lles anunciamos hai un mes (Oliver, Peque e Santos) hai que engadir outro nome, Alejandro Marzoa, que presenta Amistad en La noche del corto español. Na competición oficial, Aurora de Cristi Puiu (o director que nos redescubriu Rumanía con A morte do señor Lazarescu), Año bisiesto de Michael Rowe, Cámara de Ouro en Cannes, Meek's Cutoff de Kelly Reichardt e a marabillosa Alamar de Pedro González-Rubio, con máis que probábel presenza no palmarés representando un papel equivalente ao de La Pivellina en 2009.
A vitalidade do novísimo cinema alemán fica probada no ciclo Escuela de Berlín, con obras de Maren Ade, Thomas Arslan e Angela Schanelec, entre outros. A documentalista Kim Longinotto, a quen recordamos por Sisters in law, ocupa outra das retrospectivas; entre todas elas é obrigado salientar a que se lle dedica ao mestre Eugène Green, un home do teatro que non dirixiu a súa primeira longametraxe até despois dos cincuenta e que leva unha década fabricando obras mestras como Le Monde Vivant, Les signes ou A Religiosa Portuguesa, cunha equilibrada mestura entre o rigor das composicións e o sutil humor que latexa ao fondo das súas imaxes.
Publicado en Xornal de Galicia o venres 19 de novembro de 2010.
Á tripla presenza galega nas seccións principais que lles anunciamos hai un mes (Oliver, Peque e Santos) hai que engadir outro nome, Alejandro Marzoa, que presenta Amistad en La noche del corto español. Na competición oficial, Aurora de Cristi Puiu (o director que nos redescubriu Rumanía con A morte do señor Lazarescu), Año bisiesto de Michael Rowe, Cámara de Ouro en Cannes, Meek's Cutoff de Kelly Reichardt e a marabillosa Alamar de Pedro González-Rubio, con máis que probábel presenza no palmarés representando un papel equivalente ao de La Pivellina en 2009.
A vitalidade do novísimo cinema alemán fica probada no ciclo Escuela de Berlín, con obras de Maren Ade, Thomas Arslan e Angela Schanelec, entre outros. A documentalista Kim Longinotto, a quen recordamos por Sisters in law, ocupa outra das retrospectivas; entre todas elas é obrigado salientar a que se lle dedica ao mestre Eugène Green, un home do teatro que non dirixiu a súa primeira longametraxe até despois dos cincuenta e que leva unha década fabricando obras mestras como Le Monde Vivant, Les signes ou A Religiosa Portuguesa, cunha equilibrada mestura entre o rigor das composicións e o sutil humor que latexa ao fondo das súas imaxes.
Publicado en Xornal de Galicia o venres 19 de novembro de 2010.
luns, 15 de novembro de 2010
domingo, 14 de novembro de 2010
Berlanga, patrimonio nacional
Obrigado polo seu particular talante e un contorno complexo, a obra de Luis García Berlanga, logo de diplomarse en realización no Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) vai pasar da fábula de tintes neorrealistas derivada da breve e fértil colaboración con Juan Antonio Bardem en Esa pareja feliz (1951) ou ¡Bienvenido, Mister Marshall! (1952) a un progresivo endurecemento e carácter autenticamente liberador. Pezas maxistrais como Plácido (1961) e El verdugo (1963) parecen ocultar non só outras obras valiosas senón tamén a sociedade na que se desenvolve, as dificultades permanentes coa censura e as administracións que olevan a renunciar a infinidade de proxectos -uns 40- e a realizar en Francia Tamaño natural (1974), o máis desesperanzado dos seus títulos, narración dos amoríos entre un burgués de boa posición -o gran Michel Piccoli- e unha boneca. A supresión da censura posterior á fin da dictadura axudou a Berlanga a construír novas e audaces metáforas da rapina humana, coa triloxía da familia aristocrática Leguineche comezada con La escopeta nacional (1978) como emblema. Sainete con doses de esperpento, enxeñoso retrato de grupo de ponderada pericia estilística, exemplificaba a desinhibición e o espíritu satírico do seu autor, conformando saga histórica, éxito crítico e fenómeno sociolóxico.
Nin santurrón nin moralista nin albacea da progresía, o cine de Berlanga disecciona con sumo coidado na dimensión formal -lendarios os elaborados planos secuencia que acadan o xenial en Patrimonio nacional (1980) invalidando toda acusación de desaliño formal- a mesquindade, a traizón e o desamor, ao tempo que amosa comprensión cara ao individuo, bochornoso e entrañable. Enmascarando a súa personalidade e con extrema lucidez, el mesmo –“fanfarrón negativo”, en expresión de Bardem- era consciente dos seus gustos e logros. Alto, amable, contraditorio e con mellor memoria da que dicía ter, a posteridade permitirá recuperar obras magnas como a negrísima e turbadora ¡Vivan los novios! (1969) e Patrimonio nacional. Certa desorganización narrativa e vulgarización -en forma de comicidade grosa- na súa produción a partir de Nacional III (1982) determinou que os parabéns oficiais -premios Goya- chegasen por medio dunha obra menor, ¡Todos a la cárcel! (1993), despois de que o seu vello proxecto sobre a guerra civil, La vaquilla (1985), fose máis morno do agardado. Porén, a testamentaria París-Tombuctú (1999), antoloxía do seu cine e recuperación de Michel Piccoli, devolvía con vigor ao gran cineasta esbozando un itinerario irrepetible polo absurdo da existencia.
Son moitos os feitos polos que o seu cine alcanza o maxistral: o proveito das tradicións culturais en sabia convivencia con elementos modernos; a asimilación de rostros e tipoloxías xenéricas populares integrados en valentes composicións corais; a singular reunión de motivos temáticos e filias; a sólida formación dun imaxinario de fantasías e mitos converxentes cos acentuados perfís do español do momento; a interrogación escéptica sobre o suxeito.
A aparición sorprendente dunha veta de traballos dirixidos por outros emanados da súa escritura compartida con Rafael Azcona -Alla mia cara mamma nel giorno del suo cumpleanno ou Una noche embarazosa-, as colaboracións como actor, a supervisión dun proxecto atractivo (logo truncado) para TVE como Se vende un tranvía (1959), a condición de experto erotómano con consecuencias editoriais e o labor de lanzador de proxectos como El inquilino (1957) e Tenemos 18 años (1958), ubican a Berlanga como figura esencial da nosa historia cultural. Labores como o de profesor da Escuela Oficial de Cine ou director da entón Filmoteca Nacional, sumados a peripecias persoais propias da época que lle tocou vivir -combatente na División Azul- revelan a complexa e inesquecible dimensión de quen foi sutil oficiante do caos, un observador irónico que entendeu que o sentido tráxico da existencia (española) só podía ter, á maneira do esperpento, unha deformación subversiva das formas. Descanse en paz.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o domingo 14 de novembro de 2011
Nin santurrón nin moralista nin albacea da progresía, o cine de Berlanga disecciona con sumo coidado na dimensión formal -lendarios os elaborados planos secuencia que acadan o xenial en Patrimonio nacional (1980) invalidando toda acusación de desaliño formal- a mesquindade, a traizón e o desamor, ao tempo que amosa comprensión cara ao individuo, bochornoso e entrañable. Enmascarando a súa personalidade e con extrema lucidez, el mesmo –“fanfarrón negativo”, en expresión de Bardem- era consciente dos seus gustos e logros. Alto, amable, contraditorio e con mellor memoria da que dicía ter, a posteridade permitirá recuperar obras magnas como a negrísima e turbadora ¡Vivan los novios! (1969) e Patrimonio nacional. Certa desorganización narrativa e vulgarización -en forma de comicidade grosa- na súa produción a partir de Nacional III (1982) determinou que os parabéns oficiais -premios Goya- chegasen por medio dunha obra menor, ¡Todos a la cárcel! (1993), despois de que o seu vello proxecto sobre a guerra civil, La vaquilla (1985), fose máis morno do agardado. Porén, a testamentaria París-Tombuctú (1999), antoloxía do seu cine e recuperación de Michel Piccoli, devolvía con vigor ao gran cineasta esbozando un itinerario irrepetible polo absurdo da existencia.
Son moitos os feitos polos que o seu cine alcanza o maxistral: o proveito das tradicións culturais en sabia convivencia con elementos modernos; a asimilación de rostros e tipoloxías xenéricas populares integrados en valentes composicións corais; a singular reunión de motivos temáticos e filias; a sólida formación dun imaxinario de fantasías e mitos converxentes cos acentuados perfís do español do momento; a interrogación escéptica sobre o suxeito.
A aparición sorprendente dunha veta de traballos dirixidos por outros emanados da súa escritura compartida con Rafael Azcona -Alla mia cara mamma nel giorno del suo cumpleanno ou Una noche embarazosa-, as colaboracións como actor, a supervisión dun proxecto atractivo (logo truncado) para TVE como Se vende un tranvía (1959), a condición de experto erotómano con consecuencias editoriais e o labor de lanzador de proxectos como El inquilino (1957) e Tenemos 18 años (1958), ubican a Berlanga como figura esencial da nosa historia cultural. Labores como o de profesor da Escuela Oficial de Cine ou director da entón Filmoteca Nacional, sumados a peripecias persoais propias da época que lle tocou vivir -combatente na División Azul- revelan a complexa e inesquecible dimensión de quen foi sutil oficiante do caos, un observador irónico que entendeu que o sentido tráxico da existencia (española) só podía ter, á maneira do esperpento, unha deformación subversiva das formas. Descanse en paz.
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o domingo 14 de novembro de 2011
sábado, 13 de novembro de 2010
Na procura dun novo cine español
A produción científica derivada dos congresos especializados dá lugar a obras irregulares e contribucións desiguais. Porén, unha coedición da Asociación Española de Historiadores del Cine (AEHC) –perspicaz propagadora desde hai 20 anos de proveitosos estudos sobre cine español– e o cineasta José Luis Borau co selo Ediciones del Imán, permite unha heterodoxa exploración pola década dos sesenta en España. Momento de renovación marcado pola estela dos Novos Cines que xorden (Francia, Inglaterra, Alemaña, Italia, Europa do Leste, Xapón, Latinoamérica ou Estados Unidos), prodúcese unha bifurcación que alcanza ata hoxe: a tendencia á polarización entre o realismo mesetario (Madrid) e a sofisticación algo snob emanada da chamada Escola de Barcelona. Precursores de diferentes modos de estandarización ou modernidade, o libro penetra con avidez nas razóns industriais, políticas e culturais que contribuen á evidente mutación estética acontecida entón, anticipo do excepcional corpus fílmico realizado na transición.
Olas rotas, como toda publicación modelada por Julio Pérez Perucha, parte dunha sólida estrutura. Recolle tanto as principais ponencias acontecidas no marco do XII Congreso da AEHC (Castellón, 2008) como unha selección dos debates xerados. A crise de espectadores, o control da billeteira, o relato documental unívoco esbozado por NO-DO, insólitas pezas vascas, autores concretos (Patino, Summers, Berlanga, Viota, Zulueta, Grau) son parte dunha obra chea de agudezas, apostilas e precisións. Por iso resulta moi suxestiva a súa lectura na compaña do riguroso traballo de Santos Zunzunegui publicado por Paidós Los felices sesenta (2005).
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 13 de novembro de 2010.
Olas rotas, como toda publicación modelada por Julio Pérez Perucha, parte dunha sólida estrutura. Recolle tanto as principais ponencias acontecidas no marco do XII Congreso da AEHC (Castellón, 2008) como unha selección dos debates xerados. A crise de espectadores, o control da billeteira, o relato documental unívoco esbozado por NO-DO, insólitas pezas vascas, autores concretos (Patino, Summers, Berlanga, Viota, Zulueta, Grau) son parte dunha obra chea de agudezas, apostilas e precisións. Por iso resulta moi suxestiva a súa lectura na compaña do riguroso traballo de Santos Zunzunegui publicado por Paidós Los felices sesenta (2005).
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 13 de novembro de 2010.
Luís García Berlanga (1921-2010)
Pouco hai que dicir a estas alturas de Luís García Berlanga, un director capital na historia do cinema español e que conseguiu proxección para os seus filmes máis alá dos Pireneos nunha altura na que a industria estatal apenas podía aspirar a certos exercicios posibilistas que se aproveitaban dos ocos que deixaba a censura franquista. Unha situación ben descrita por Bardem nas Conversaciones de Salamanca de 1955 nas que resumiu o estado do cine español con cinco adxectivos ("Políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico"), fóra dos cales quedaban unha presa de cineastas de gran talento (Nieves Conde, Mur Oti ou o inmenso Edgar Neville) que escapaban da glorificación das esencias patrias para explorar camiños realistas, ás veces escuros, ás veces máis tenros. Berlanga competiu catro veces en Cannes (Bienvenido Míster Marshall, Plácido, pola cal chegou a ser candidato ao Oscar, ¡Vivan los Novios! e Patrimonio Nacional) e dúas en Venecia (Calabuch e El verdugo), obras maiores dun autor xenial que acabou facendo cousas tan chuscas coma Todos a la cárcel ou a curta El sueño de la maestra, a súa desafortunada despedida do cinema. O seu verdadeiro adeus chegou uns anos antes con París Tombuctú, o testamento excesivo, irregular e amargo dun creador que xa iniciara a conta atrás.
Martin Pawley
Cinema galego en Cineuropa
O fácil é dicir que Cineuropa, a cita principal do calendario de festivais galegos, aposta polos cineastas do país, por todos eses autores novos (e non tan novos) que fan filmes sen prexuízos, sen máis limitacións que as que lles impón o talento grande ou pequeno que posúan. Creadores valentes que pensan, ensaian e arriscan, e que en consecuencia unhas veces se equivocan e outras veces acertan, único xeito que coñezo de progresar en calquera ámbito do coñecemento. O fácil é caer no paternalismo e falar deles en termos compasivos, como se difundir a súa obra fose unha cuestión de caridade.
Publicado en Xornal de Galicia o venres 12 de novembro de 2010
Etiquetas:
Alberte Pagán,
Ángel Santos,
Cineuropa,
Festivais,
Filmes,
Iván Marcos,
Jaione Camborda,
Lois Patiño,
Marcos Nine,
Martin Pawley,
Peque Varela,
Ramiro Ledo,
Víctor Hugo Seoane,
Xornal de Galicia
sábado, 6 de novembro de 2010
Un Hollywood non posible
Narrador minucioso, o cineasta Erich Von Stroheim (1885-1957) era moi capaz de fascinar ou esgotar a calquera entrevistador agobiado polos tempos da vida. Esta exhaustividade e procura de pureza obstaculizou a súa breve carreira –oito títulos en nove anos, entre eles os clásicos mutilados Avaricia (1924) e La marcha nupcial (1928)–, interrompida pola película que vén de editar Versus, La reina Kelly (1928), unha das rodaxes inconclusas máis famosas da historia do cine. Por mor dos seus excesos e da intervención dos produtores, a actriz protagonista Gloria Swanson e o patriarca dos Kennedy, Joseph, Stroheim tería un precoz e obrigado retiro, dedicado á súa vertente de intérprete.
Queen Kelly |
Concienciudo, maxistral e arrogante, Von Stroheim tería un desgarrador reencontro anos despois coa diva Swanson no clásico de Billy Wilder Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses, 1950). Contemplando os dous as imaxes de La reina Kelly, alguén pode imaxinar o momento máis emblemático da derrota?
José Manuel Sande. Publicado en Xornal de Galicia o sábado 6 de novembro de 2010.
Copia certificada
Hai varios Abbas Kiarostami, mais todos son o mesmo. O dos filmes dos setenta e os oitenta feitos ao abeiro de institucións educativas, e o dos dramas de corte realista que os festivais promoveron con entusiasmo tras o éxito en Locarno de Onde está a casa do meu amigo?, e o que despois se lanza ao vídeo dixital e acaba por ensaiar fórmulas (non só) observacionais en Five Dedicated to Ozu, ou o que nos sorprendeu en 2008 con Shirin, achegamento a un clásico da cultura persa a través das emocións nos rostros das mulleres que atenden o relato. O espectador a contemplar espectadores nun artefacto excepcional que poderíamos considerar un descendente sofisticado do Ten minutes older de Herz Frank.
Presentada en maio en Cannes, Copia certificada pillou descolocados os que agardaban outro salto ao baleiro no imaxinario conceptual do iraniano e o que atopaban era unha luminosa historia de parella(s) na Toscana. Un home (William Schimell) e unha muller (Juliette Binoche) coñécense, pasean, falan e divagan sobre arte; nun momento capital do filme entran nun café e a dona pensa que están casados, e a partir dese punto actúan como un matrimonio que xa deixou moi atrás os seus mellores anos. Tanto dá se é un puro exercicio de representación ou se se trata doutra parella representada polos mesmos actores; a riqueza do filme nace xustamente desa ambigüidade, e da sutil transición entre o acto de sedución e a colección de reproches mutuos que experimentan os protagonistas. Ao fondo, o Roberto Rossellini de Viaxe a Italia e retranca, moita retranca; unha virtude tan nosa que eu estou disposto a considerar a Abbas Kiarostami o máis novo dos novos cineastas galegos.
Publicado en Xornal de Galicia o venres 5 de novembro de 2010
Subscribirse a:
Publicacións (Atom)