Resulta asombrosa la evolución que, en poco más de cuatro años, ha experimentado Lois Patiño. Tras sus primeros y aún inseguros documentales, Profesor Tejero, Rayito y Zuma –retratos de individuos al margen de la sociedad y de conducta afectada por la locura–, llegan dos series de videocreaciones, Paisaje-Distancia, con abrumadoras imágenes de gran campo en las que casi se ahogan los detalles, y Paisaje-Duración, en la que por medio de ingeniosos efectos dota de rasgos pictóricos a los espacios naturales, filmados en plano fijo. Ese interés por el paisaje alcanza cotas magistrales en sus tres últimos cortometrajes, cuya belleza no es ya fácil superar. Na vibración se recrea en la fortaleza primitiva y volcánica de Islandia, también telón de fondo de En el movimiento del paisaje, que parte del tópico contemporáneo de la figura humana sepultada por la naturaleza, para hacer colisionar la absoluta quietud de un cuerpo con las delicadísimas mutaciones del entorno que lo rodea. En Montaña en sombra lo que nos seduce es el desplazamiento coreográfico de los esquiadores, capturado por una cámara que flota en algún punto imposible para ofrecer vistas de desconcertante frontalidad.
El cineasta juega a descubrirnos texturas, en la frontera de lo real y lo soñado. Se divierte, disfruta, escapa con ligereza de la solemnidad inherente a lo sublime y no se deja enterrar por los referentes. La obra de Lois, como la de James Benning o Sharon Lockhart, es tanto más hermosa cuanto más lúdica; se percibe un deseo creciente de alegría y por ello su extremo esteticismo no invita a la parálisis, sino al baile. No hay en él la pesadumbre del autor torturado, sino el ánimo jovial de quien conoce el placer de mirar y escuchar. En su sabiduría, constancia y curiosidad se asienta la madurez de una joya en construcción, Costa da Morte, celebración luminosa de un país, Galicia, no siempre a la altura de sus mejores creadores. Lois es uno de ellos: no hace falta esperar cincuenta años para decirlo.
Martin Pawley. Texto de introdución ao Foco Lois Patiño publicado no catálogo do BAFICI 2013.
The imminent happiness
The evolution Lois Patiño has experienced in little over four years has been amazing. After his first and still insecure documentaries Profesor Tejero, Rayito and Zuma –portraits of people living in the margins of society and whose conduct is afflicted by madness– now comes a series of video-creations: Distance-Landscape, featuring wide-ranged overwhelming images that almost drown details, and Duration-Landscape, with ingenious effects that provide pictorial features to natural spaces captured in fixed shots. That interest for the landscape reaches masterful levels in his three latest short films, all of them so beautiful they’re hard to beat. Na vibración takes place in the primitive and volcanic force of Iceland that is also the background for In Landscape Movement, which starts from the contemporary topic of how the human figure is buried by nature, and collisions the absolute stillness of a body with the very delicate mutations of its surrounding environment. In Mountain in Shadow what seduces us is the choreographic displacement of skiers as captured by a camera that floats over some impossible point and offers disconcertingly frontal views.
The filmmaker plays a game of revealing textures, in the border between reality and dream. He has fun, and flippantly escapes the inherent solemnity of the sublime without letting himself get buried by referents. Like the ones of James Benning or Sharon Lockhart, the work of Lois becomes more beautiful as it gets more playful; you can sense a growing feeling of joy, and therefore his extreme aestheticism does not invite paralysis, but dance. He doesn’t show the grief of the tortured author, but the cheerful spirit of those who know about the pleasure of watching and listening. His wisdom, perseverance, and curiosity are the basis for the maturity of an unfinished gem: Death Coast, the luminous celebration of a country –Galicia– that is not always up to the level of its finest creators. Lois is one of them: we don’t need to wait fifty years to say so.
Martin Pawley. Text for the catalogue of BAFICI Film Festival. Translation: BAFICI
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