É na Terra não é na Lua |
2010 fue insólitamente bueno para el Indielisboa. Creció en apoyos institucionales y asistencia hasta alcanzar un récord de 44 mil entradas vendidas que lo convertía en el festival portugués con más espectadores. El espejismo duró un año. La difícil situación económica del país se manifestó en 2011 en forma de drásticos recortes: medio millón de euros menos de presupuesto (casi una tercera parte) y una severa reducción de contenidos, empezando por la sección oficial, con sólo diez títulos en una competición de la que salió triunfadora Marie Losier con The Ballad of Genesis and Lady Jaye. Entre las notas positivas, además de la gozosa visita de F. J. Ossang para presentar la muy marciana Dharma Guns, la incorporación de dos nuevas sedes: la Cinemateca, coorganizadora de la necesaria retrospectiva del brasileño Júlio Bressane; y el Teatro do Bairro, un espacio multiusos en el corazón del Bairro Alto que es ya un hermoso refugio para ese cine de autor que encuentra escaso acomodo en las salas comerciales.
Aún sin Lisbon Screenings, suprimidas por la crisis, la producción portuguesa es el principal aliciente del Indie. Multitudinario fue el estreno de la correcta Viagem a Portugal, debut en la ficción de un Sérgio Treffaut que sale airoso de un asunto delicado, la deportación de extranjeros en los aeropuertos europeos, al depositar todo el peso del relato en las interpretaciones de María de Medeiros y una sensacional Isabel Ruth. Fallido es el documental de João Canijo Trabalho de actor, trabalho de actriz, que registra con espíritu de extra de DVD el proceso de creación de su película Sangue do meu sangue, aún inédita. Mucho más inteligente es la revisión que José Filipe Costa hace de la ocupación en 1975 de la finca Torre Bela en la magnífica Linha vermelha, ideal para componer un programa doble con la obra de Thomas Harlan que le sirve de referencia. Lo más interesante está aún en construcción: É na Terra não é na Lua de Gonçalo Tocha, film-odisea fruto de varios años de trabajo en la Ilha do Corvo, la menor del archipiélago de las Azores. No es un ensayo, no es una película observacional, no es un documental antropológico, sino que es todo eso al mismo tiempo y por eso gana fuerza y llega más lejos.
Martin Pawley. Artigo publicado no número de xuño de Cahiers du Cinema - España.
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