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De esquerda a dereita, Miguel Dias, Martin Pawley, Nuno Rodrigues (de costas) e Mário Micaelo. Imaxe: João Brites / Curtas Vila do Conde |
sábado, 27 de xullo de 2024
Curtas, a constancia dun soño
xoves, 11 de xullo de 2024
Volver a María Luz Morales
martes, 2 de xullo de 2024
Maxia en movemento. Crónica do (S8) 2024.
Martin Pawley e José Manuel Sande. Artigo completo dispoñíbel no número 129 da revista Luzes.
luns, 1 de xullo de 2024
Por algo se empieza
El Festival de San Sebastián menciona la contaminación lumínica en su informe de sostenibilidad ambiental.
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En septiembre de 2022 dediqué esta columna a la creciente preocupación en los principales festivales de cine por el impacto ambiental, casi siempre asociada a buscar la manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este tipo de eventos implica un gran número de viajes gestionados por el festival, los de las personas invitadas al certamen pero también los de la propia organización a lo largo del año para asistir a otros festivales y tejer contactos con la industria fílmica. Están, además, los envíos de material, tanto de las propias películas (aunque la transición de los formatos analógicos a los digitales haya facilitado las cosas) como de toda suerte de recursos de promoción, divulgación y decoración, incluidas las «alfombras rojas», así como su producción. La reducción de la huella de carbono es imprescindible, pero no suficiente, pues hay impactos ambientales que no se miden en forma de toneladas de CO2, como la contaminación acústica y la lumínica.El Festival de Cine de San Sebastián divulgó el pasado mes de abril a través de su web el informe de evaluación de la sostenibilidad de la edición de 2023, elaborado por la consultora CREAST. El informe destaca el uso de moquetas recicladas y reciclables para el exterior de las dos sedes emblemáticas, el Kursaal y el Teatro Victoria Eugenia, así como la apuesta por priorizar el alquiler o las compras de segunda mano, lo que supone una disminución notable de la huella ecológica en el apartado de materiales. Respecto del año anterior se consumieron un 20 % menos de kilómetros en el transporte de personas invitadas y aumentó el uso de medios menos contaminantes. La sorpresa viene ya en el comunicado oficial que presenta el informe, cuando leemos «Por último, en el apartado de contaminación lumínica, el Kursaal ha reducido las horas de encendido y con ello se estima que se han reducido aproximadamente 30,23 toneladas de CO2 ».
En mi artículo de hace dos años recordaba la agresiva iluminación del Kursaal como un gesto de incoherencia con la sostenibilidad y planteaba el apagado del edificio como un símbolo de buenas prácticas. Que se hayan recortado horas de encendido es una estupenda noticia, pero se puede (y se debe) hacer mucho más. Es esencial que la contaminación lumínica se contemple como un problema en sí mismo, al margen de los equivalentes de CO2. Que no se diga alegremente que como los eventos se producen en espacios interiores «se descarta que se produzcan perturbaciones en el medio», cuando, por ejemplo, en el informe de 2022 se hablaba de mediciones de contaminación lumínica con «un pico máximo de 341,3 Lux», una cifra bárbara que se soltaba inmediatamente después de afirmar que «todas las mediciones que se hacen durante el Festival, con luxómetro y sonómetro calibrados, dan unos valores dentro del rango recomendable». 341,3 lux entra, más bien, en el rango de la tortura. Aplaudo, en cualquier caso, la buena voluntad y el esfuerzo. Por algo se empieza. Que vaya a más y que cunda el ejemplo.
Martin Pawley. Artigo publicado na sección "La noche es necesaria" da Revista Astronomía, nº 301-302, xullo-agosto de 2024.
sábado, 29 de xuño de 2024
Especial "Cineastas estadounidenses de los 70" en Caimán Cuadernos de Cine
martes, 25 de xuño de 2024
Entrevista a José Manuel Costa: "Un filme só está conservado se pode ser exhibido ao público"
domingo, 23 de xuño de 2024
Entrevista a Viggo Mortensen: "Aprendín a facer poesía e a actuar ensaiando, tropezando para intentar construír algo novo"
sábado, 15 de xuño de 2024
Un cinema comercial galego?
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Fotograma de "Anatomía dunha caída" (Justine Triet, 2023). Fonte: Elástica Films. |
martes, 4 de xuño de 2024
La cámara y la idea. Entrevista a Billy Woodberry.
sábado, 1 de xuño de 2024
La fuerza de nuestro amor no puede ser inútil
En muchas obras fundamentales de la literatura gallega hay sitio para el paisaje y la cultura de la noche.
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Casa da Matanza, Padrón. Imaxe: Merce Ares, Fundación Rosalía de Castro. |
En 2024 el «Día das Letras» se le dedicó a Luísa Villalta, que escribió ensayo, teatro y narrativa –sublime es su novela As chaves do tempo–, aunque es más conocida por su poesía, muy vinculada a su ciudad, A Coruña, «tatuada na pétrea pel do mar». «De novo as estrelas meten-se nos bares abertos até o horizonte da madrugada», leemos en Ruído. Y en En concreto, «Demasiada luz para esta noite / demasiados mecanismos entre as mans», versos que riman con aquellos de Rosalía en Follas novas: «Luz e progreso en todas partes..., pero / as dudas nos corazós».
Siendo la gallega una sociedad tradicionalmente ligada a la naturaleza, no es extraño que no sean pocas las referencias literarias a los paisajes y la cultura de la noche. «E o faro estraviado / daba o S.O.S. / n-o morse / –clave Orión– / das estrelas», escribió Manuel Antonio en De catro a catro (1928), joya inmortal siempre en vanguardia. Manuel María, patriarca de la Terra Cha, envió una hermosa carta a las estrellas, «rosas de luz na noite escura». Anxo Angueira evoca en Palmeiras, piueiros las «cen lúas de Xúpiter» o los «asubíos do Serpentario». Xabier P. Do Campo incluyó no poder mirar las estrellas entre su lista de miedos en Cando petan na porta pola noite. Y en A viaxe de Gagarin, novela mayor de Agustín Fernández Paz, la fascinación por el espacio marca la infancia y adolescencia del protagonista (Xabier, Agustín: para quien esto escribe, amigos, maestros, irmaos).
Los ejemplos son abundantes en la propia Rosalía, que nació bajo una «roxa estrela» (el planeta Marte) y cantó la anchura sin límites del cielo y a las estrellas que guían el camino o sonríen mientras contemplan los amores que florecen. Antes, Xoan Manuel Pintos dejó huella en su poesía del paso espectacular del cometa Donati en 1858. Otro contemporáneo, Eduardo Pondal, alabó al «fulgente Sirius» e hizo del «prácido luar» una parte esencial de Galicia junto a los árboles (los rumorosos pinos) y la «costa verdecente», un triunvirato natural de cielo, tierra y mar que abre el poema que se convirtió en nuestro himno. Paisajes, los tres, hoy amenazados por la codicia sin límites y cuya defensa es, digámoslo una vez más, irrenunciable: sin ellos nada somos. En palabras de otro grande, Uxío Novoneyra, poeta de O Courel, la fuerza de nuestro amor no puede ser inútil.
Martin Pawley. Artigo publicado na sección "La noche es necesaria" da Revista Astronomía, número 300, xuño de 2024.