domingo, 15 de setembro de 2013

Un drama

Despois da publicación do artigo de El Confidencial ao que facía referencia na anterior anotación envieilles un segundo correo electrónico para facer outra reflexión en voz alta sobre o aparente entusiasmo polos chamados "circuítos alternativos de exhibición", que comparto a seguir:
A veces se habla de estos circuitos alternativos como un buen camino y lo cierto es que a mí me parecen un drama. Otra cosa es que vivamos en un drama -en muchos sentidos: esto es España, hoy- y no nos quede más remedio que tirar hacia adelante; pero no es una opción satisfactoria. Y no lo es porque ese circuito es precario, mucho, y no va a dejar de serlo nunca. Porque los recursos con los que cuentan los museos, salas de cultura, cineclubs, etc, es reducido -y cada vez más- y porque, no nos engañemos, dentro de las políticas de gestión cultural el cine es siempre el que se lleva las de perder. Los mismos técnicos de cultura que consideran elemental que cobre algo un músico por tocar o un escritor por dar una charla te dicen, con todo el morro del mundo, que las películas las quieren poner "para hacer difusión cultural". Hay festivales que, "generosamente", se ofrecen a difundir gratis películas que han sido premiadas en Rotterdam o Locarno. Se me ocurre que para difundir cosas gratis ya está Youtube, mucho más eficaz que un festival que va a cobrar entrada a los espectadores por programar películas que no paga...

Ahí está la precariedad que apuntaba en mi email. Precariedad a veces por necesidad -porque no pueden hacer más, porque no tienen recursos suficientes-, a veces por cretinez e incompetencia de los responsables de cultura -porque es cierto que los recursos escasean, pero asombra la cantidad de dinero que aparece a veces para cosas indescriptibles-. En el texto que os envié hacía mención, por ejemplo, del CGAI, filmoteca benemérita que mantiene una programación puntera a nivel mundial con una dotación presupuestaria muy modesta. El CGAI no sólo programa a Benning y a Hutton; también programa Los Hijos, Siminiani o Jorge Tur. Ya me gustaría a mí que alguna otra filmoteca española programara a los galegos Oliver Laxe, Alberto Gracia, Lois Patiño o Xurxo Chirro (para no decir sólo "nombres Zeitun"). ¿Para qué existen filmotecas en España, únicamente para programar copias de El Padrino restauradas? ¿Una de sus misiones no debería ser la de descubrir la creación joven española, en especial esa que recibe premios y que, en ocasiones, es más fácil de ver en Nueva York que en buena parte del estado?

Bienvenido sea el circuito alternativo, pero ojalá no sea el único. Aún estamos a tiempo de salvar los muebles, porque el gran problema ahora no es el cine español de bajo presupuesto, el problema ahora mismo es el cine en España, a secas. Si no se empiezan a plantear soluciones a la brutal caída de espectadores seguirán desapareciendo salas y luego no habrá circuito alternativo que valga, porque no habrá películas. Así de simple.

Martin Pawley

2 comentarios:

  1. ¿Y las "difusiones gratuitas" en festivales, ciclos y cosas varias en las que ha participado el autor del texto no cuentan?

    Porque vamos, digo yo que todos jugamos a lo mismo ¿no?.

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  2. Até hoxe, todas as actividades que programei foron de entrada gratuíta e polo tanto sen ánimo de lucro. Ese matiz paréceme esencial: non é o mesmo "non pagar" cando cobras entradas e polo tanto hai uns ingresos adicionais a costa do esforzo alleo non remunerado. No festival no que tiven maiores responsabilidades, por certo xa desaparecido, acordei que recibiran unha pequena compensación económica incluso os filmes que participaban a concurso e optaban a premios monetarios, algo bastante inusual.

    Polo demais, a exhibición gratuíta (ou non) dos filmes forma parte dun acordo entre o creador e o festival. Se o creador considera que lle compensa, polas razóns que sexa, entre elas o prestixio, perfecto; senón, tan amigos. Cada un sabe ben a quen lle presta o seu tempo e o seu talento, e o porqué. Persoalmente non se me ocorrería dicirlle a alguén que exhibiu o seu traballo nos festivais de Rotterdam, Locarno, Copenhague ou Buenos Aires, por poñer exemplos ben coñecidos, que se programo o seu filme en Santiago de Compostela ou na Coruña fágollo "de favor". O favor faimo el a min, con absoluta claridade, e tal dixen en público sempre que tiven ocasión. Aí hai, penso eu, unha importante diferenza.

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