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Congreso Estatal de Astronomía de Cuenca, 2018 |
Conocedoras de su buen funcionamiento, el año pasado la Federación de Asociaciones Astronómicas de España (FAAE) y Cel Fosc, Asociación contra la Contaminación Lumínica, acordaron producir nuevas copias en versión española y catalana (pronto estará disponible también en euskera). No se trató solo de traducir la exposición sino de hacer una versión corregida y aumentada. Titulada La contaminación lumínica depende de nosotros, consta de cuatro paneles impresos a doble cara sobre cartón rígido. Cada panel mide 1,7 metros de altura; su ancho es de 1,5 metros, aunque realmente ocupa menos pues se dispone en zig-zag. El formato fue cuidadosamente pensado desde el principio con Marta Cortacans, responsable del diseño gráfico: puesto que el deseo era mover la exposición cuanto más mejor, queríamos un soporte barato y ligero, de fácil transporte (una vez plegada, cabe en un coche de tamaño medio) y, sobre todo, que «no necesitase paredes» y fuese extremadamente sencilla de montar; basta colocarla en cualquier pasillo, vestíbulo o sala en la que haya superficie suficiente como para pasear entre los cuatro módulos.
El primer panel define la contaminación lumínica y los diversos perjuicios que provoca, pero también nos recuerda que es muy fácil de corregir y explica intervenciones reales realizadas en Reus que demuestran que «descontaminar» genera un gran ahorro e incluso mejora la iluminación. Además, nos recuerda que la luz artificial no garantiza por sí misma la seguridad. En el segundo panel se habla del derroche de energía y dinero que supone la contaminación lumínica, cuantificada en varios cientos de millones de euros tirados al cielo cada año en España. Su potencial efecto sobre la salud, sobre el que ya alertó más de una vez el mayor colectivo médico de los Estados Unidos, la American Medical Association, es objeto de atención, al igual que el (muy preocupante) impacto ambiental, que se detalla en el tercer panel con casos variados, desde el ejemplo clásico de las tortugas marinas hasta las aves, las plantas o los corales.
La luz artificial borra el firmamento nocturno, que ha sido a lo largo de la historia fuente de inspiración científica y artística. Sobre eso también reflexiona la exposición, que se completa con un cuarto panel ilustrado con fotografías de objetos visibles a ojo desnudo y otros de cielo profundo ganadoras de los concursos que convoca la FAAE, así como frases y fragmentos literarios que evocan la belleza de las noches iluminadas por las estrellas. A través del sitio web federacionastronomica.es/recursos/exposicion-contaminacion-luminica se puede obtener más información sobre la exposición y el procedimiento para solicitarla.
Martin Pawley. Artigo publicado na sección «La noche es necesaria» da Revista Astronomía, nº 240, xuño de 2019.
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