Cuándo nació en 2015 a iniciativa de su director, Pablo de María, la
Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo aspiraba a aumentar la
oferta fílmica de la ciudad, en ese momento limitada a las salas
comerciales y algunos ciclos temáticos. SACO presentaba una muestra de
los cientos de películas contemporáneas que, aún teniendo distribución
en España, no llegaban a Oviedo, como sucedía aquel año con La profesora de parvulario de Nadav Lapid o Costa da morte de Lois Patiño, mostradas
en sesiones gratuitas en el céntrico Teatro Filarmónica. Abría espacio
además a los creadores más cercanos -Marcos Merino, Ramon Lluis Bande- y
apostaba por la colaboración con un sobresaliente festival portugués,
Curtas de Vila do Conde, del que se valoraba su línea estética y modelo
de funcionamiento.
La estimulante respuesta de público animó un
asombroso crecimiento. Edición tras edición, SACO ha ido definiendo un
sólido esquema de contenidos. laSEMA, nombre asignado a la
programación infantil, lleva en colaboración con el festival de
Clermont-Ferrand una selección de cortos a trece mil escolares. La
invitación al viaje, sección a cargo de Elena Duque, propone un paseo
por obras esenciales del cine experimental, desde este año en proyección
analógica. De la poesía de la intimidad y la experiencia doméstica de
Marie Menken, Stan Brakhage, Guy Sherwin, Joyce Wieland y Jonas Mekas al
trabajo directo sobre el material fílmico mediante toda suerte de
técnicas de Phil Solomon, Naomi Uman, la autora de collage en movimiento
Cécile Fontaine, de nuevo Brakhage (que sirve para casi todo) y Carole
Schneemann.
laMESTA explora la relación entre el cine y otras
formas artísticas. Las proyecciones con música en vivo son un eje del
festival, con el Teatro Campoamor como escenario noble. El plato fuerte,
el pase de El Mago de Oz de Victor Fleming con la orquesta Oviedo
Filarmonía interpretando en tiempo real su banda sonora, que continuaba
la experiencia del año precedente con Vértigo de Alfred Hitchcock. Este
año, además, se revisó a Buster Keaton acompañado por la música de Jordi
Sabatés y la danza y percusión de Camut Band, y el Caligari de Robert
Wiene con las creaciones sonoras del Cabinet Quartet, una producción del
festival en estreno absoluto. laMESTA ha convertido también en
tradición la visita al Museo de Bellas Artes de Asturias guiada por un
cineasta; esta vez, Samuel Alarcón, que sucedía a Sergio G. Sánchez,
Albert Serra y Martín Cuenca. La colaboración con el museo sumó una
original propuesta, El sonido del arte, que invitó a dos diseñadores
de sonido, Óscar de Ávila y José Tomé, a crear ambientaciones sonoras
para seis cuadros emblemáticos del centro.
No faltan, por
supuesto, las sesiones de cine sin añadidos, de Pájaros de verano de
Ciro Guerra a Trote de Xacio Baño. Pero desde 2017 SACO se extiende todo
el año con una programación estable, Radar, que a menudo cuelga el
cartel de “no hay billetes” en el Filarmónica. El paisaje ahora sí es
diverso y eso obliga a reinventar el festival, que ya no necesita ser
una colección de estrenos ausentes de la cartelera. Un hermoso desafío
para sus responsables, avalados por el entusiasmo de una audiencia fiel.
Martin Pawley. Artigo para o número de maio de 2019 de Caimán - Cuadernos de Cine.
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