RUDZIENKO (Sharon Lockhart):
La demostración de que el rigor fílmico y la belleza formal no debe excluír jamás el humor y el cariño. Necesitamos más películas de Sharon Lockhart.
VISAGES VILLAGES (Agnès Varda y JR):
No niego su condición de película pequeña, pero la humanidad de la propuesta y la presencia y la voz de Agnès Varda me parecen un antídoto necesario contra la crueldad de los ciervos sagrados y otras abyectas criaturas de Cannes.
ERA UMA VEZ EN BRASÍLIA (Adirley Queirós):
¡Qué fuerza tienen sus imágenes y sus personajes! Es asombrosa la capacidad de este cineasta brasileño para reinventar el cine político desde las claves de la ciencia ficción apocalíptica.
SE ABRIRÁ LA TIERRA (Alonso Valbuena):
Si a una historia con elementos fantásticos le arrancas con talento casi todas las pistas argumentales, el resultado puede ser esta fascinante y misteriosa joya andaluza estrenada en el Festival de Sevilla. De la fotografía se encarga Carlos Rivero, él mismo director de LAS COSAS, que contiene una escena en un río que es de lo más hermoso que he visto este año.
Una experiencia cinematográfica impagable en 2017 fue ver en pantalla grande BANEWL (1999) y THE GREEN RAY (2001) de Tacita Dean. La secuencia de la totalidad del eclipse de Sol en BANEWL es sublime: contemplar la caída de luz en un campo con vacas es una prueba de la grandeza del cine.
Primera película
ENTZUNGOR (Ander Parody). Desde Euskal Herria, una propuesta radical en el fondo y la forma que reflexiona sobre la identidad cultural y el papel de la tradición en un tiempo de desconcierto y banalidad.
Película de mis países
“A Minha Pátria É A Língua (Galego)Portuguesa”. Vuelvo a recurrir a Pessoa para justificar las elecciones fílmicas de lo que quiero considerar mi país, los territorios de habla galego-portuguesa, además de la ya citada película de Adirley Queirós. Una película de Sandro Aguilar es siempre una buena noticia, y 2017 proporcionó una excelente, el largometraje MARIPHASA, bello y magnético como siempre, amargo como nunca. Carlos Conçeiçao añade ternura y madurez a sus habituales relatos sobre el deseo en el corto COELHO MAU, su mejor película hasta la fecha. Sobre A FÁBRICA DE NADA de Pedro Pinho, a estas alturas, ya no hace falta decir nada.
Martin Pawley. Pode consultarse a votación completa e todas as listaxes e textos individuais no imprescindíbel sitio web do promotor da iniciativa, o crítico arxentino Roger Koza.