Su cine es explícitamente político y expresa un ideario antirracista y anticolonial.
Travis Wilkerson: creo en el cine personal, en el punto de vista y la experiencia de cada persona. Quiero hacer películas que reflejen lo que pienso; no impongo la política en ellas, surge de forma natural de las cosas que me importan. Por nuestra forma de trabajar es mucho lo que tenemos que hacer, es un proceso que dura años: hay que escribir, rodar, hacer la edición, la mezcla de sonido, la corrección de color, el DCP y los archivos de subtítulos. Tenemos que hacerlo todo, así que es necesario mantener la pasión y el interés en el proyecto. Tiene que significar mucho para ti.
Erin Wilkerson: la idea de que hay películas políticas y no políticas es ridícula. Todas lo son porque o te aferras al statu quo y dices que te parece perfecto lo mal que está todo, o intentas algo totalmente diferente. Creo que en mi caso viene de haber crecido en Los Ángeles, con los problemas de la frontera y tener personas amigas que de repente ellas o sus familias son deportadas. Hay muchas fricciones allí, hay una enorme comunidad originaria que no se puede expresar plenamente porque, por alguna razón, los mexicanos no son vistos como indígenas en la mentalidad estadounidense. En realidad, la pregunta es si estás de acuerdo con que estas personas desaparezcan o vayan a prisión, o si no te parece bien (...)

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