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Frente a la divulgación de
usar y tirar que salta de las
redes sociales al papel con
poco cuidado y prosa atropellada,
hay libros que tardan décadas en
cocinarse. Juan Antonio Madrid,
catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidadde Murcia, tardó más de cuarenta años en decidirse a escribir uno
y finalmente lo hizo con la sabiduría y el sosiego de quien lleva toda su carrera haciendo ciencia al
margen del ruido y la furia de la
todología mediática. Cronobiología.Una guía para descubrir tu reloj biológico (Plataforma Editorial) explica de forma ejemplar la
ciencia de los ritmos circadianos,
o de cómo la hora a la que suceden las cosas es extremadamente importante. Durante millones
de años, nuestro cuerpo evolucionó sometido a un patrón estable
de días y noches que se alternan;
los ancestros que nos precedieron
dormían (y ayunaban) durante
las horas de oscuridad y se mostraban muy activos durante las horas
de luz. El desarrollo de la agricultura y la ganadería, que garantizaba las fuentes de alimento, y el
aumento del tamaño y la complejidad de los grupos humanos trajeron un primer y radical cambio
de hábitos, así como la necesidad
de comprender mejor el paso del
tiempo y unificar de alguna forma
su medida. La moderna invención
de la luz artificial nos liberó de la
dependencia del Sol para el trabajo y el ocio, pero también introdujo la nefasta posibilidad de eliminar, en la práctica, la noche.
Pero la noche, como dice el verso de Xosé María Díaz Castro que
da título a esta sección, es necesaria. Lo sabe cada una de nuestras
células, dotadas de relojes internos que deben ser sincronizados
por una dirección de orquesta
muy pendiente de los cambios de
luz a lo largo del día. Los desajustes entre los tiempos que marcan
nuestra existencia, del ritmo propio interno al que definen los movimientos terrestres, pero también
los tiempos sociales, tienen consecuencias sobre nuestra salud.
La cronobiología nos desvela cómo los efectos de ciertos alimentos o tratamientos médicos
pueden no ser iguales por la mañana que por la tarde. También
deja muy claro hasta qué punto es
indispensable dormir para nuestro bienestar físico y mental y alerta de la auténtica crisis de sueño
que vive la sociedad contemporánea. No es casual que el libro concluya con un epílogo magnífico
que suena a manifiesto. «Al acabar de escribirlo», dice Juan Antonio, «soy aún más consciente, si
cabe, de lo necesitados que estamos de calma, de lentitud, de silencio, de oscuridad y de sueño
(…) Si no nos detenemos voluntariamente, al final lo haremos por
obligación». Para el autor, dormir
es un acto revolucionario y «cada
minuto más de sueño es un minuto menos que dejaremos de consumir y de producir y de agredir a
nuestro planeta». Por nuestra salud y por la de la naturaleza, es
esencial apagar las luces para que
se encienda la noche.
Martin Pawley. Artigo publicado na sección "La noche es necesaria" da Revista Astronomía, número 281, novembro de 2022.
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