venres, 1 de decembro de 2023

Nunca se ve más lejos que en la oscuridad

En Oda a la oscuridad la escritora noruega Sigri Sandberg formula una hermosa defensa de las condiciones naturales de la noche.

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Desde que era pequeña, la periodista Sigri Sandberg tiene miedo de la oscuridad. Es un miedo compartido, generalizado. Históricamente, la oscuridad fue «un enemigo, como el frío, algo que no es seguro»; representa, en la tradición cultural europea, la muerte y el mal, frente a la luz que se asocia a la vida y el bien. Pero también, desde siempre, Sigri viajó periódicamente a Finse, un pueblo de montaña a 1200 metros de altura y 60 grados de latitud norte, un lugar sin árboles y con una temperatura media por debajo de cero dos terceras partes del año. Un lugar, por supuesto, con un firmamento esplendoroso cuando el cielo está despejado, el espacio ideal para evidenciar nuestra insignificancia ante una naturaleza que «no nos juzga, no nos valora, a diferencia de las personas y la sociedad».

La autora se planteó un desafío que dio como resultado un libro. Oda a la oscuridad, editado por Capitán Swing, es un ensayo que nace de su experiencia de pasar cinco días en una cabaña en Finse enfrentándose a la soledad y a la noche, aprendiendo a convivir con ellas. Busca consejo en una gloria nacional, el poeta, novelista y dramaturgo Jon Fosse, a quien le pide que defina la palabra «oscuridad». La respuesta del escritor, habitual en las quinielas del Nobel, es concisa y admirable. «Es evidente», le dice, «que la oscuridad tiene que ver con la noche, con el sueño y con la muerte y con que nada se ve o con que se ven las estrellas, en cierto sentido se ve el universo y nunca se ve más lejos que en la oscuridad». He ahí una verdad científica que resulta ser también una verdad poética: la oscuridad nos permite ver más lejos. Nos permite ver objetos débiles, aquellos cuyo brillo intrínseco está muy atenuado por la enorme distancia a la que están de nuestro planeta. Además, esa oscuridad nos amplía la mirada en un sentido más filosófico: nos ayuda a ser conscientes de que pertenecemos a un todo inmenso, de que los materiales con los que se edifica pieza a pieza nuestro cuerpo son los mismos que forman los objetos celestes.

Sigri se lleva como compañía un libro de otra mujer, Christiane Ritter, que ocho décadas atrás acometió la aventura de dejar la ciudad para encaminarse al gran norte, a Svalbard. En su larga estancia ártica, Christiane experimenta un duro temporal que no cesa durante nueve días. «Ahora entiendo que en muchos casos puede ser más difícil mantener nuestra personalidad que conservar la vida en la lucha contra los elementos», escribe. «Siento la poderosa soledad que me rodea (...) Siento que pierdo los límites de mi ser en esta naturaleza fuerte y abrumadora. Y por primera vez entiendo el regalo divino que es el prójimo.» Sí, casi siempre es útil apartarse para tener un mayor campo de visión, para pensar mejor y diferenciar lo importante de lo anecdótico. 

Martin Pawley. Artigo publicado na sección "La noche es necesaria" da Revista Astronomía, número 282, decembro de 2022.

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