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En el libro The Coal Question, publicado en 1865, el economista y lógico inglés William Stanley Jevons analizó la sostenibilidad de la producción energética. Puesto que la cantidad de carbón era finita y su demanda crecía exponencialmente, antes o después las necesidades de consumo chocarían con la disponibilidad total del combustible y eso, de forma inevitable, pondría un freno al progreso. Ante tal evidencia surgía la hipótesis de un uso más eficiente de los recursos que dilate ese agotamiento sine die, una típica solución mágica del industrialismo que Jevons niega al formular la paradoja que ahora lleva su nombre: si, por ejemplo, se aprovecha mejor el carbón en un alto horno, aumentarán los beneficios, se atraerá nuevo capital, el precio del hierro fundido bajará pero crecerá su demanda «y,con el tiempo, el mayor número de hornos compensará con creces el menor consumo de cada uno de ellos». Esto valía para cualquier ámbito económico: «el progreso de cualquier rama de fabricación estimula una nueva actividad en la mayoría de las otras ramas, y conduce indirectamente, si no directamente, a mayores incursiones en nuestras vetas de carbón».
En uno de los diálogos del libro que tratamos en esta sección el mes pasado, La Tierra exhausta, Egidio, uno de los personajes inventados por Joaquim Sempere, explica las consecuencias de este «efecto rebote» utilizando el ejemplo de la iluminación (...)
Martin Pawley. O artigo completo pode lerse na sección "La noche es necesaria" da Revista Astronomía, número 309, marzo de 2025. As persoas subscritoras poden acceder á revista no seu sitio web.
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