Pertenece a una generación que ya nació y se crio con la televisión convertida en un elemento central del hogar. ¿Cómo fue su relación inicial con las películas en la infancia?
Si hablamos de películas, mi recuerdo las vincula antes a una sala de cine que a la televisión familiar. Y eso seguro que es así por el impacto producido, pues tengo una memoria defectuosa que registra mucho más las emociones que los hechos. Algo más adelante -y esto sí puede retratar una cierta época histórica en cuanto al consumo audiovisual- recuerdo con excitación la cultura de videoclub al que mi madre me dio acceso aún siendo muy niña. Como entre los nueve o diez y los trece años, en especial en los períodos en que mi padre, marino mercante, estaba embarcado, escogíamos juntas nuestro ocio a través de todas aquellas sugerentes carátulas y estimulantes sinopsis. Creo que leer tantas sinopsis me proporcionó herramientas para conseguir expresar contenidos en pocas palabras. Además, mi madre me concedía de partida una madurez con pocos prejuicios a la hora de seleccionar películas adecuadas, por lo que recuerdo haber visto películas perfectamente adultas, de calidad y relevancia para el propio código, a una edad muy joven. Estimulaban mi imaginación y pensamiento, me proponían conflictos que alimentaban mi educación sentimental (...)
Martin Pawley. Entrevista completa a Yolanda Castaño no número 198, de abril de 2025, da revista Caimán Cuadernos de Cine, dispoñíbel nos quioscos dende o 28 de marzo.
Ningún comentario:
Publicar un comentario