sábado, 3 de xullo de 2021

Hechizo de Luna

Las variaciones de luz asociadas a las fases lunares podrían alterar (o no) el sueño humano.

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Moonstruck (Norman Jewison, 1987)

¿Tiene la Luna algún impacto sobre la salud humana? Rotundamente, sí. Al menos, si vives en Tanzania. En el estudio de los registros gubernamentales de ataques de leones a seres humanos en este país africano, más de mil personas en poco más de veinte años, junto a las visitas a los sitios de esos ataques y las entrevistas con supervivientes o con familiares de las víctimas se fundamenta un fascinante artículo de 2011, Fear of Darkness, the Full Moon and the Nocturnal Ecology of African Lions (Packer, C., Swanson, A., Ikanda, D., Kushnir, H.). Los leones cazan sobre todo en completa oscuridad, así que la inmensa mayoría de los sucesos tiene lugar en las primeras horas de la noche, pero la probabilidad es mucho mayor los primeros diez días después de la Luna llena que los diez días precedentes: esas horas de negrura después del crepúsculo, antes de la salida de la Luna, resultan fatales para nosotros. La Luna llena resulta protectora, pero también anticipa que vendrán un par de semanas difíciles durante las cuales las panzas de los grandes felinos aumentarán de volumen, señal inequívoca de un mayor consumo de carne.

Hablar del posible efecto de nuestro satélite sobre la biología genera a menudo virulentas reacciones de los escépticos de guardia, no siempre con razón. No me refiero, por supuesto, a las fantasías esotéricas sobre influjos lunares tan frecuentes en algunas revistas, escritas por personas que solo distinguirían las fases por los dibujitos de los calendarios. Pienso, más bien, en el papel del ciclo lunar y sus variaciones de luz sobre la actividad de muchas especies. Aunque el Sol es la principal fuente de luz en la Tierra y en consecuencia la referencia fundamental para sincronizar los ritmos circadianos, no es desconocida la influencia de la luz de la Luna sobre invertebrados, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, incluidos primates; una buena revisión puede leerse en Chronobiology by moonlight (DOI: 10.1098/rspb.2012.3088).

No tendría nada de extraño encontrar algún resultado parecido en humanos, pero eso pasa siempre por el escrutinio implacable del método científico. Una de las hipótesis más comunes es comprobar si hay alguna conexión entre el sueño y el ciclo lunar, y lo cierto es que en la literatura cronobiológica sobre esto hay votos a favor y votos en contra, lo que aconseja nuevas investigaciones. Las más recientes ocupan la portada de Science Advances del 29 de enero. Los autores de Moonstruck sleep: Synchronization of human sleep with the moon cycle under field conditions (Casiraghi et al.) afirman que en sus grupos de estudio «el sueño empieza más tarde y es más corto las noches anteriores a la Luna llena, cuando está presente la luz lunar después del crepúsculo». En la misma revista otro artículo apunta sincronías con el ciclo menstrual. Conviene, por supuesto, la cautela: una golondrina no hace verano, y mucho menos en ciencia.

Martin Pawley. Artigo publicado na sección «La noche es necesaria» da Revista Astronomía, nº 261, marzo de 2021.

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